Reporte VeeAmbiente #3: Riesgos ambientales
La Red de Veedores sigue reportando los riesgos a la Salud Pública, Seguridad y Ambiente, derivados de la inadecuada operación de las facilidades petroleras.
Según informaciones recibidas de nuestros veedores, se está utilizando Gas Residual de la planta de Alquilación como gas combustible para otros procesos que requieren calentamiento en la refinería de Puerto La Cruz. Este gas no refinado produce como residuo SO2 (Anhídrido Sulfuroso), que está siendo emitido a la atmósfera.
Nos reportan desde Puerto La Cruz que desde ayer ya se siente en el ambiente alrededor de la Refinería el olor a azufre, indicativo que la cantidad de SO2 es alta.
Efectos ambientales de la lluvia ácida
Cuando la atmósfera recibe fuertes dosis de anhídrido sulfuroso, se producen reacciones químicas complejas. Algunas de estas partículas ácidas desaparecen por gravedad o por impacto contra el suelo, edificios, plantas, etc.: es la llamada precipitación seca. Otras partículas permanecen en la atmósfera, se combinan con la humedad de las nubes y caen con la lluvia: es la llamada lluvia ácida, que tiene un pH inferior a 5,6 y puede llegar hasta 2,5 y excepcionalmente a 1,5, lo que significa que es muy ácida.
Los efectos de la lluvia y l a precipitación ácida en cuerpos acuáticos implica la muerte de crustáceos, insectos acuáticos, moluscos y la desaparición del fitoplancton, lo que provoca con el tiempo la posibilidad de sobrevivencia de la fauna por falta de alimento. En el suelo, la acidez penetra en la tierra y afecta las raíces de los árboles, al tiempo que sus hojas se ven afectadas también por las gotas de agua que reciben. El proceso de envenenamiento de la flora termina con la muerte de las plantas y los árboles.
Los edificios y las construcciones de concreto también se ven seriamente afectados; deben ser debidamente restaurados y en los animales se ha observado la pérdida de pelo y desgaste prematuro de las mandíbulas, entre otras afecciones.
La consecuencia de la lluvia ácida en el ser humano determina un incremento importante en las afecciones respiratorias, afecta la respiración en especial a los ancianos con enfermedades pulmonares crónicas; provoca episodios de tos y asfixia; crecientes índices de asma crónico y agudo, bronquitis y enfisema; cambios en el sistema de defensa de los pulmones que se agudiza con personas con desórdenes cardiovasculares y pulmonares; irrita los ojos y los conductos respiratorios; aumenta la mortalidad e incrementa los casos de cáncer.
La Red de Veedores
Reporte #2 Riesgos Ambientales
La Red de Veedores continúa el esquema informativo, dentro del marco Ambiental, de Seguridad y Salud Pública, sobre las posibles consecuencias del vertido de ripios en lugares no adecuados, provocadas por las operaciones de facilidades de PDVSA por personal no calificado durante el Paro Cívico Nacional.
Una de las gabarras que se hundió contenía tubos de perforación. La otra se encuentra atracada en precarias condiciones con parte del material expuesto en contacto con el agua. Los ripios de lodos son materiales provenientes de la perforación de pozos y por lo general se encuentran asociados a un alto contenido de metales pesados, entre los cuales vanadio y cadmio. Estos metales pesados intervienen en la normal función metabólica de los organismos y son considerados por sus efectos de alta toxicidad.
Aunque estos metales se encuentran en el ambiente, cuando los materiales como los ripios no son dispuestos correctamente, aumentan sensiblemente a los organismos a su exposición. Entran lentamente pero de forma segura a la cadena trófica y de una u otra forma se acumulan en el organismo con consecuencias indeseables.
Toxicidad del vanadio en seres humanos/mamíferos:
El vanadio irrita la piel y mucosas (0,1 mg/m3 después de 8 horas) y actúa como un tóxico sanguíneo, hepático y renal. Los síntomas de intoxicación por exposición crónica son: bronquitis, neumonía, anemia, lesiones hepáticas y renales. El vanadio inhibe las enzimas y no permite la síntesis del ácido ascórbico y de los ácidos grasos además de afectar al ADN (HORN, 1989).
COMPORTAMIENTO EN EL MEDIO AMBIENTE
Agua:
Los compuestos del vanadio son más densos que el agua y se depositan en el fondo del lecho marino o acuático. El pentóxido de vanadio se disuelve lentamente en un gran volumen de agua y forma mezclas tóxicas. El tricloruro de vanadio, el tetracloruro de vanadio y el vanadio oxitricloruro reaccionan con el agua cuando están expuestos a calor, desprendiendo vapores tóxicos e irritantes de cloruro de hidrógeno o ácido clorhídrico que flotan como niebla blanca sobre la superficie de las aguas.
Aire:
La atmósfera representa un medio de transporte. El pentóxido de vanadio es un sólido reactivo que favorece la combustión de otras sustancias combustibles. El tricloruro de vanadio forma mezclas tóxicas en el aire que se descomponen violentamente en presencia de humedad, formando el cáustico ácido clorhídrico. A elevadas temperaturas se descompone formando gas de cloro o cloruro de hidrógeno. El tetracloruro de vanadio y el oxitricloruro de vanadio son líquidos cáusticos, no combustibles, que por calentamiento también producen nieblas cáusticas de pentóxido de vanadio, gases de cloruro de hidrógeno o ácido clorhídrico. Estos gases son más densos que el aire y se desplazan a ras del suelo. El tetracloruro de vanadio reacciona violentamente en el agua formando los cáusticos tricloruro de vanadio, oxitricloruro de vanadio y ácido clorhídrico.
Suelo:
Los compuestos de vanadio son geogénicos y se encuentran en todas partes. El vanadio es un oligoelemento esencial y sus compuestos son asimilados por las plantas e incorporados a sus procesos de crecimiento. Así el vanadio es extraído del suelo e ingresa a la cadena alimentaria.
Degradación, productos de la descomposición, tiempo de vida media:
La mayoría de los compuestos de vanadio se descomponen por acción de la luz y el calor, en vapores y gases cáusticos. Al contacto con agua, generalmente se producen reacciones vigorosas, en las que se forman vapores y gases cáusticos.
Toxicidad del cadmio:
Las principales vías de entrada al organismo humano son la inhalación, en el caso de los trabajadores, y la ingestión en el caso de la población general. Una vez absorbido, tiene una vida media y se almacena en el hígado y los riñones. Los efectos de la intoxicación son graves. Las principales alteraciones sistémicas debidas a la absorción de cadmio consisten en daño renal con proteinura, anemia y aumento en la velocidad de sedimentación de los eritrocitos. De estos daños, la proteinuria es el más típico. En etapas avanzadas puede haber un aumento en la excreción de aminoácidos, glucosa, calcio y fosfatos en la orina, lo cual puede causar la formación de cálculos renales.
El cadmio que penetra en el organismo suele fijarse rápidamente en los tejidos, combinándose de forma selectiva con la metalotioneina, una pequeña proteína compuesta de un alto número de residuos de cisteina. La mayor parte de la carga total de cadmio acumulada en el organismo se localiza en el hígado y los riñones, unido a dicha proteina. Cuando la capacidad de estos órganos para sintetizar metalotioneina se ve sobrepasada, el cadmio podrá ejercer su efecto tóxico, cuyas primeras manifestaciones son las propias de una nefropatía.
La Red de Veedores
Riesgo de Salud Pública, Seguridad y Ambiental, en el Manejo de Instalaciones Petroleras y sus Derivados durante el Paro Cívico Nacional de Diciembre 2002
Situación actual:
La Red de Veedores ha venido monitoreando la forma en que se están llevando a cabo las operaciones de las facilidades de PDVSA, poniendo especial énfasis en las áreas operativas dadas las implicaciones de carácter ambiental y a las consideraciones de riesgo para la seguridad física que amenaza las poblaciones vecinas.
Debemos comenzar por señalar que la respuesta al llamado a Paro Cívico Nacional por parte de los trabajadores de PDVSA convocado a partir del 2 del Diciembre del año en curso, se manifestó en primera instancia en las actividades de las áreas administrativas. Lo concerniente al área operacional de plantas y refinerías así como la gerencia , se manatuvo operativa con el mínimo personal calificado para garantizar que el cese de funciones se hiciera dentro de las más estrictas normas de seguridad, como lo informaran los voceros de la gerencia de la nómina mayor de PDVSA.
Posteriormente se sumó a la paralización de actividades de esta industria el área de transporte de productos derivados en buques tanqueros capacitados para tal fin. La Marina Mercante, representada en sus Capitanes de Altura, fondearon sucesivamente los buques en los lugares permitidos por la
marina de puertos que ofrecen mayor seguridad dentro las normas Internacionales de la Marina Mercante.
La respuesta oficial a esta medida se tradujo en el llamado que varios representantes del gobierno nacional, incluidos el presidente de PDVSA y el Presidente de la República han hecho a simpatizantes de su partido para que asuman las delicadas actividades operativas de la industria petrolera sin brindar ni contar con las garantías para que tan azarosa acción no culmine en tragedia de inconmensurables proporciones.
Queremos destacar, que toda función realizada en las instalaciones operativas de plantas y refinerías de PDVSA, requiere de personal no solo capacitado y especializado, sino que éste debe contar adicionalmente con años de experiencia en el servicio para garantizar un adecuado manejo de las actividades de la industria.
Sobre las irregularidades observadas:
- Ha sido un hecho público y notorio a través de los medios informativos, la entrada de personas no autorizadas a las instalaciones de la industria petrolera. Por desconocimiento de estas personas y delegación irresponsable de quien compete, las imágenes registran la entrada de dirigentes del partido de gobierno armados e incluso con habanos encendidos a las instalaciones.
* La utilización de lanchas propiedad de PDVSA por personal no autorizado de la industria petrolera sin destino conocido en los puertos de refinería , hecho denunciado por los gerentes a cargo de esas operaciones. Por esa misma razón, el personal autorizado de PDVSA se rehusó a embarcar por temor a la impericia de quienes manejan esas embarcaciones.
- Manifestaciones permitidas y no disueltas oportunamente en las entradas de las instalaciones aumentando sensiblemente los factores de riesgo que existen en las mismas por los derivados petroleros almacenados de esas plantas.
- La utilización de armas de disuasión por parte de la GN en la entrada de plantas de producción y refinerías, que además de aumentar el riesgo de accidentes han tenido como consecuencia la intoxicación de personas y el fallecimiento de una anciana a consecuencia de la exposición a gases lacrimógenos, hecho sucedido en Pto. La Cruz.
- El abordaje de los buques tanqueros con carga completa de combustible como el "Pilín León", por comandos armados de la GN, donde aumentaron innecesariamente el riesgo de hechos lamentables, a pesar de que en reiteradas oportunidades los capitanes manifestaron que no se resistirían a la
inspección de los mismos.
- El buque Paramacay fondeado en el Lago de Maracaibo, recibió un impacto de una nave Guarda Costas que trató de abordarla con un juez que iba a "hacer una inspección". Esto produjo daños menores (pero muy peligrosos) al casco de la nave.
- Por falta de pericia del Práctico, designado personalmente por el Presidente de PDVSA, el buque ruso Marshall Chuykov estuvo a punto de chocar contra el muelle y ahora se encuentra en posición precaria. Las maniobras que ello requirió ya fueron ampliamente reseñadas pero su mención sirve al propósito de exponer un nuevo factor de riesgo implicado en estas decisiones para la tripulación, para las obras de infraestructura del puerto así como para el buque propiedad del Estado y de los habitantes de las poblaciones vecinas.
- El hundimiento de dos gabarras que contienen "ripios" (lodos de perforación altamente contaminantes, asociados con metales pesados) en el lago de Maracaibo el 10/12/2002. Una en La Salina, identificada con las siglas CC-2162, y otra con las siglas CC-2161, en el muelle de Tía Juana. En ambos casos, por mala operación de los remolcadores tripulados por personal reclutado sin contar con los requerimientos profesionales adecuados, contratación y recluta efectuada por el Gerente de División de PDVSA Félix Rodríguez, ascendido a ese puesto en días recientes por el Presidente de PDVSA, Alí Rodríguez Araque.
- Reactivación de un parque automotor descontinuado para el transporte de combustible, donde entre otras irregualridades, se incluyen: la falla de válvulas, filtración del combustible en plena vía pública durante su transporte, alto nivel de corrosión en los tanques-cisternas. Todo ello atenta a una elemental norma de seguridad además de producir como efecto inmediato la consecuente contaminación del combustible así transportado por falta de condiciones adecuadas del tanque. De ello derivarán daños directos a los vehículos de los usuarios del combustible.
- La contratación de personal no especializado para el transporte de combustible en el llenadero de Pto. La Cruz. La primera consecuencia de ello se produjo en el accidente , ocurrido en la vía Cumaná-Pto. La Cruz de fecha 9/12/2002, a la altura de Santa Fé, Arapito con el volcamiento del camión-cisterna, produciendo perdida de parte del combustible y contaminación del entorno e incluso playas aledañas. Si bien no hubo pérdida de vidas humanas ni se produjo la combustión de la gasolina derramada una orden judicial determinó el cierre de esa distribuidora .
- La militarización de todas las plantas y refinerías del país. Medida que se entiende en las actuales circunstancias para garantizar la seguridad de las instalaciones, sin embargo no se tiene idea y se teme, con sobradas razones, acerca del alcance de sus actividades en la reactivación de las operaciones de esa industria
- El amedrentamiento llevado a cabo por afectos al oficialismo y miembros de la Guardia Nacional por orden del el General de la guarnición de Valencia a dueños y personal adscrito a la empresa privada de distribución Ferrari, donde el manejo de las operaciones de distribución de gasolina no se está ejecutando por personal autorizado de la empresa. Esta situación produjo un amparo de parte de un juez para que no fuera utilizado el parque automotor de esa distribuidora privada y respetara sus instalaciones.
- La designación y el envío de personas afectas al gobierno como única credencial para operar la Planta de Anaco, donde actualmente se estan produciendo 800.000 m3 del gas necesario para la producción eléctrica, pero cuya producción regular es de 1.600.000 m3 . En estas instalaciones se opera con gas a alta presión y existe alto riesgo de explosión al ser manejado p or personal no especializado. Segun denuncia del alcalde el día de hoy, esta situación está generando pánico en la población de Anaco ciudad que está sembrada de tuberías de gas.
Status de los buques tanqueros:
En la actualidad se encuentran fondeados 13 buques tanqueros venezolanos y 19 extranjeros repartidos en las siguientes zonas portuarias: Zona Oriental del Lago de Maracaibo, frente a las costas de Paraguaná, frente al puerto de la Guaira y en Bahía de Pozuelos en Pto. La Cruz.
La situación de seguridad de los buques tanqueros fondeados se mantiene en la medida que no se produzca ningún hecho de colisión -producto de impericia en las maniobras- o de actividad bélica -posible en caso de asalto armado- alrededor o en las propias embarcaciones
Del total de buques fondeados, 6 de ellos contienen combustible de diferente clasificación mientras los demás se encuentran vacíos, pero no por ello demandan menos estado de alerta debido a la permanencia de gases en sus tanques.
A todo lo anterior cabe añadir que El Sr. Dávila declararó que han contratado dos buques de bandera internacional para que atraquen en el llenadero de Pto. La Cruz.
Estamos importando gasolina.
Status de las Plantas, Refinerías y Campos Petroleros:
Básicamente toda el área de producción y exploración de la industria petrolera del país se encuentra detenida en un 90%, y parcialmente en las áreas que aseguran el suministro de gas para la producción de energía eléctrica.
Las reservas de combustible de gasolina se están agotando sobre todo en el occidente y oriente del país.
A pesar de la entrada de personal no autorizado ni capacitado a las instalaciones de PDVSA, hay que puntualizar que las facilidades petroleras no pueden ser puestas en operación por no ser estas personas suficientes ni en número ni en experticia para poder cubrir todas las áreas operativas debidamente.
Adicionalmente, la empresa Intesa que se encarga del área cibernética de PDVSA se sumó al paro.
Riesgos y Consecuencias:
Las actividades de la industria petrolera han merecido especial atención por las graves consecuencias de contaminación que han ocurrido tanto en refinerías como en su transporte alrededor del mundo.
No podemos dejar sin denunciar con toda la severidad que el caso amerita , el riesgo irresponsable al que se expone a la colectividad en general por decisiones que no responden a los criterios técnicos y operacionales en el tratamiento de la situación de la industria petrolera dentro de la crisis nacional.
Todas y cada una de las irregularidades señaladas apuntan a lo siguiente: la exposición del ambiente a contaminación de magnitudes y características irreversibles y el riesgo al que se expone a la población de graves accidentes con posibles pérdida de cuantiosas vidas humanas y daños físicos de estructuras.
Conminamos a las personas responsables del manejo de las decisones que competen a esta industria durante la actual crisis a medir las consecuencias de las mismas, no en términos políticos sino con la responsabilidad que como dirigentes tienen sobre el bienestar del país, su industria, su ambiente y sus habitantes.
De los derechos ambientales
Artículo 127.
Es un derecho y un deber de cada generación proteger y mantener el ambiente en beneficio de sí misma y del mundo futuro. Toda persona tiene derecho individual y colectivamente a disfrutar de una vida y de un ambiente seguro, sano y ecologicamente equilibrado. El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, los recursos genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y momumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica. El genoma de los seres vivos no podrá ser patentado, y la ley que se refiera a los principios bioéticos regulará la materia.
Es una obligación fundamental del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos,
de conformidad con la ley.
La Red de Veedores
La oposición chilena se merecía un presidente como Chávez
Edición Especial
Antonio Sánchez García
Como chileno que vivió el proceso protagonizado por Salvador Allende y Augusto Piñochet, Antonio Sánchez García compara ese lapso histórico con las circunstancias que vive Venezuela en la actualidad.
Una de las conclusiones más relevantes: "Si Allende hubiera enfrentado una oposición tan paciente, tan civil, tan legalista y tan democrática como la venezolana estuviera bordeando ahora los 90 años de edad y sería venerado por el país entero"
¿Chávez un suicida?
Si usted le preguntara a un chileno que hace 30 años no superaba los 20 años de edad si quisiera volver a vivir los terribles años de su juventud en un país dividido por el odio fratricida, tenga Usted por seguro que sabrá adivinar su respuesta.
Yo no tenía 20 años, tenía 30. Volvía de pasar los últimos años de mi vida realizando estudios de doctorado en la Universidad Libre de Berlín, era un marxista convencido —con estudios especializados en Hegel y la tradición filosófica marxista, desde el joven Marx hasta Georg Luckács, Karl Korsch, y ese posmarxismo industrializado, edulcorado y cinematográfico de Herbert Marcuse, con quien compartiéramos posteriormente escritorios de trabajo en el Instituto Max Planck de Starnberg, Alemania— y apostaba por una salida revolucionaria, en la mejor tradición foquista: guerra de guerrillas, vía armada, liquidación de la burguesía, aniquilación del capitalismo, toma del poder. Tenía todas las razones históricas, políticas e ideológicas para detestar al estalinismo soviético y soñar en una revolución proletaria de corte castrista y guevariana para mi país, al que volví en noviembre de 1970, a días de la asunción al mando del reformista de ideología y sentimientos socialdemócratas Salvador Allende.
Pude haber hecho “carrera política” en el Partido Socialista de Chile. Nada más llegar, me convertí por un corto período en asesor ideológico de un viejo conocido, Carlos Altamirano, a quien solía visitar en el Senado de la República para redactar un documento titulado Fascismo o socialismo:
el enfrentamiento es inevitable, que le sirviera de plataforma ideológica para conquistar la secretaria general del PS en el congreso nacional de dicha organización política, celebrado en enero o febrero de 1971 en la ciudad nortina de La Serena. Preferí, en cambio, ingresar al MIR como simple y llano “simpatizante”.
Incluso feliz de hacerlo: era la autodisciplina bolchevique, el orgullo por la postración ante los “profesionales de la revolución”, castrante y autoritaria en su misma esencia. Lo hice junto con dos compañeros de trabajo en el Centro de Estudios Socio-económicos (CESO) de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, en Santiago: Tomás Amadeo Vasconi, sociólogo argentino ya fallecido y Marco Aurelio García, exiliado brasileño entonces y hoy a la vera de Lula da Silva como su asesor para asuntos internacionales.
Esos tres años transcurridos desde mi llegada al país (sin otro bagaje que una formación histórica y filosófica para poner al servicio de la revolución armada) y el golpe de Estado tres años después, que nos encontrara a Vasconi, a García, a mí y a un puñado de los más importantes investigadores marxistas de América Latina —muchos de Brasil, entre ellos el mismo Marco Aurelio, Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra y Theotonio dos Santos— en nuestro centro de trabajo sin una pistola en la mano y la más mínima idea de que debiéramos hacer para ocupar “nuestro puesto de lucha”, pasaron como en un suspiro.
De simpatizante, pronto me encontré formando parte de la militancia, dirigiendo la política universitaria del partido y trabajando como adjunto de Bautista Van Schowen, “Jorge”, el segundo hombre más importante de la Comisión Política detrás de Miguel Henríquez, y encargado del aparato cultural. Recuerdo haber dormido tres o cuatro horas diarias entre interminables, muy fatigosas y áridas discusiones con periodistas, cineastas, cantantes e intelectuales del MIR.
La más ingrata de las tareas imaginables para un funcionario de la revolución, como era mi caso:
encargarse de la intelligentzia individualista e inconforme de la pequeña burguesía chilena.
Comprendo el fanatismo y la ceguera con que el chavismo —esa versión caudillesca, zafia, analfabeta y brutal de vanguardia revolucionaria —, se niega a aceptar cualquier acuerdo con la inmensa mayoría nacional que se le opone. En aquellos no tan lejanos y ahora resucitados tiempos, yo hubiera dado mi vida por imponer la revolución y conquistar el poder. Con la de que entonces la Unidad Popular tenía mucho menos poder real que este chavismo decimonónico y atrabiliario:
no contábamos con la Corte Suprema de Justicia, la Contraloría General de la República, el Congreso Nacional y, last but not least, las Fuerzas Armadas.
Mientras nosotros, el MIR, no pasábamos de ser algunos miles de cuadros juveniles, revolucionarios inexpertos y desarmados, éramos una brigada infantil de virginales boy scout, comparados con los aparatos provistos de arsenal de alta potencia, tradición gangsteril e instintos asesinos montados por el ex vicepresidente de la República y hoy ministro del Interior y Justicia, capitán Diosdado Cabello, bajo el eufemismo legalista de círculos bolivarianos.
Llevado por el entusiasmo revolucionario, le solicité a “Jorge” y al capanga, como algunos veteranos solíamos llamar a Miguel, me enviaran a Cuba a prepararme en guerra de guerrillas.
Eso queda para los “cabeza de músculo” me respondieron en más de una ocasión: los comandos operativos de nuestras futuras fuerzas armadas. ¿Qué haría un ideólogo cargando una RPG-7 o montando minas vietnamitas, esas pailas explosivas que jurábamos pondríamos bajo las orugas de los tanques llegado el momento de los “quiubos” o “cuando las papas quemen”, como solíamos prometernos en nuestros delirios de futuros e inútiles combatientes?
Cuba era por entonces también —como 30 años después para el chavismo militante — el paradisíaco océano de la redención humana, el más allá revolucionario, la trascendencia y el arribo definitivo a la eternidad. Más allá de Pinar del Río la historia ya había encontrado su consumación final per secula seculorum:
Fidel Castro.
Un arma en la cintura
Gracias a mi sueldo como profesor e investigador de la Universidad de Chile logré comprarme una destartalada Walther PPK calibre 7.65 que solía llevar en la cintura, a mi espalda, dejando ver discretamente la cacha desportillada:
estar a cargo del aparato cultural del partido y llevar un arma al cinto era la culminación de una aspiración nacida de la lectura enfebrecida de la Filosofía del Estado y del Derecho de Hegel y los Fundamentos de la Crítica de la Economía Política de Karl Marx. Más aún, si tal lector de trasnochos berlineses era hijo de un chofer de taxi comunista hasta los tuétanos y líder sindical de su gremio.
La pistola y algunas cajas de munición terminaron ocultas en la campana extractora de aire de la cocina del apartamento del Parque Forestal, a orillas del Mapocho, en que entonces vivía de prestado. Sirvió para dispararle a alguna señal de tránsito en una solitaria carretera al borde del mar, imaginando que lo hacía desde alguna esquina en llamas hacia algún burgués imaginario apostado tras una ametralladora punto 50. En el Chile de entonces, la guerra de guerrillas era ensoñación de algunos pobres ilusos y espantajo que sirvió de combustible para una acción devastadora, aterrante y siniestra: el levantamiento armado de Augusto Pinochet, que salió a cazar incautos como quien colecciona conejos.
Porque la izquierda chilena, incluso la más afiebrada, amenazante y parlanchina, como la nuestra, era sustancialmente pacifista, legalista, constitucionalista:
leguleya. Para que se haga usted una idea: nosotros en el MIR, la élite de las élites revolucionarias, repudiábamos hasta el desprecio al terrorismo y venerábamos hasta la unción al “pelao Lenin” —el pelón Lenin— como Miguel Henríquez, nuestro secretario general (un muchachote de hablar atropellado y seductora inteligencia) solía llamar al más grande ideólogo de la revolución mundial, don Vladimir Ilich Ulianov, alias Lenin. Más, mucho más nos cautivaban el Qué hacer o el imperialismo, fase superior del capitalismo, de Lenin, que el manual del joven intelectual parisino Regis Debray. Leíamos las obras completas de Lenin, nos enzarzábamos en feroces combates discursivos para dirimir las diferencias entre Trotzky, Zinoviev y Kameniev. Y creíamos a pie juntillas estar viviendo los 10 días que conmovieran al mundo. Nos sabíamos —o nos creíamos— parte de la historia universal, vanguardia intelectual del futuro, renacimiento del soviet supremo y asaltantes del nuevo palacio de invierno.
Si Jorge Luis Borges hubiera querido burlarse de la revolución escribiéndole una de sus maravillosas narraciones, nosotros hubiéramos sido su modelo.
Porque en la tradición chilena, ni el terrorismo ni la lucha armada formaron parte de su historia.
La única guerra civil, la de 1891, fue una bufonada de algunos días con un desenlace trágico: el suicidio del presidente Balmaceda llevado por la misma trágica concepción del honor que obligara al suicidio de Salvador Allende.
¿Chávez un suicida? Si Allende hubiera enfrentado una oposición tan paciente, tan civil, tan legalista y tan democrática como la venezolana estuviera bordeando ahora los 90 años de edad y sería venerado por el país entero.
Ese es el terrible quid pro quo de ambas revoluciones: la venezolana se merecería para esta oposición un presidente como Salvador Allende. La oposición chilena, con Pinochet a la cabeza, un presidente como Hugo Rafael Chávez Frías. La canalla contra la canalla. La hidalguía contra la hidalguía.
Un luchador social
En Chile un golpe de Estado invocado por el espanto ante un mal que no llegó jamás a consumarse —y que me perdone mi amigo José Toro Hardy, que le ha hecho un muy flaco favor a la verdad histórica con esa vergüenza de documental sobre una realidad que desconoce— impidió lo que seguramente fue una ilusión imposible del Chicho (como llamáramos y seguimos llamando cariñosamente a Salvador Allende quienes lo continuamos amando): la celebración de un referendo.
Días antes de ese trágico martes 11 de septiembre, la noche del 4, fecha de la celebración del tercer aniversario de su triunfo electoral, se le vio triste y cabizbajo sentado con un vaso de whisky en la mano en una de las gradas de la escalera de piedra que comunica el patio de los naranjos de La Moneda, el palacio presidencial santiaguino, con su despacho en la primera planta.
Allende era un luchador social de extracción aristocrática, un médico que fuera presidente de la combativa e ilustrada Federación de Estudiantes de Chile y llegaría a ser secretario general del Partido Socialista de Chile cuando recién moría Juan Vicente Gómez.
Era un hombre vital, alegre, elegante, mujeriego, culto y bon vivant, que jamás hubiera empuñado un arma contra su propia vida si no hubiera mediado el dolor ante una terrible desgracia.
Impedir un acuerdo nacional y salvar a sus pobres de Chile — como bien hubiera podido llamarlos su embajador en París, amigo y compañero, el premio Nobel Pablo Neruda—, del sufrimiento, el destierro, la pobreza y la muerte debe haberlo destrozado anímica y espiritualmente.
Pinochet, el canalla, quien fuera el obsecuente y lacayo general en jefe de sus Fuerzas Armadas, mandó a alguno de sus subordinados a ofrecerle, entre burlas y sarcasmos, un avión para sacarlo al destierro. El mensaje lo hubiera aceptado dichoso y apresurado un cobarde como Hugo Chávez.
Allende, jamás. Había dicho que de su responsabilidad histórica como presidente democráticamente electo lo sacarían muerto:
vivo jamás. Era un hombre de palabra. Cumplió.
Apoyo venezolano
17 años fueron necesarios para que ese acuerdo entre una oposición cerril y una alianza de gobierno fanática, ciega y sorda pudiera encontrarse. Fue necesario venir hasta nuestra democrática Venezuela, pasando por sobre miles de cadáveres y la miseria de millones de seres inocentes e indefensos, contando con el respaldo activo y generoso de los partidos Copei y Acción Democrática, para que el Chile desgarrado por el sufrimiento recompusiera su fibra cordial y pudiera salir del marasmo y enfrentar el futuro.
Yo quisiera que Ricardo Lagos, que jamás hubiera llegado a ser presidente de Chile sin ese acuerdo favorecido e impulsado por nuestra democracia y nuestros partidos —y hablo aquí tanto como chileno que como venezolano, con profundo conocimiento de causa, pues para mi inmensa fortuna pertenezco a ambas patrias y he vivido ambos procesos desde sus dos vertientes— pudiera ver a Venezuela sin ira, sin oportunismo, sin Realpolitik, sin OEA, sin mezquindad. Él debiera ser el hombre perfecto llamado por ese extraño destino que ha unido para siempre a Chile y Venezuela desde los tiempos de don Andrés Bello, para hacer los más ingentes esfuerzos por lograr el entendimiento entre la Coordinadora Democrática y un solo hombre que se le enfrenta, no una alianza de gobierno o un pueblo ilusionado:
el teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías.
Indigna a la conciencia de una comunidad de miles y miles de chilenos que fueran acogidos con una generosidad sin limites por aquella democracia hoy escarnecida y vilipendiada por un gobernante indigno del alto magisterio que detenta, que Ricardo Lagos no abra su corazón a quienes les debe indirectamente su actual magistratura. Yo quisiera que el destino me pusiera frente a una cámara de televisión chilena, como lo pusiera a él una noche de 1988, y señalarle con el dedo, como él mismo lo hiciera ante el dictador Augusto Pinochet, para decirle: Presidente, ponga su vida al servicio de la paz de Venezuela. Dignifique su cargo, vaya en auxilio de sus hermanos venezolanos.