Adamant: Hardest metal
Thursday, April 24, 2003

Asunto: Financial Times: "Bogotá and Caracas tensions at crisis point"

De: "Jessica Rosenberg" jessica@obraweb.com Fecha: Mie, 23 de Abril de 2003, 5:54 pm Para: jessica@obraweb.com

WORLD NEWS: Bogotá and Caracas tensions at crisis point By Andy Webb-Vidal and James Wilson

Trembling with fear, Juana points to a Venezuelan army helicopter thudding overhead, its down-draught peeling apart the dense jungle that blankets the no-man's land between Colombia and Venezuela.

"It was one of those," says Juana, a Colombian peasant who fled across the Río del Oro river into Venezuela after, she claims, Venezuelan aircraft strafed two Colombian villages, dispersing warring rightwing and leftwing Colombian paramilitary and guerrilla factions. "They flew low, there were explosions, and the paramilitaries ran into the forest."

Juana and several hundred other refugees are witnesses to the latest and most acute case of mounting tension between Colombia's pro-US government, led by Alvaro Uribe, and the militaristic leftwing Venezuelan administration of President Hugo Chávez.

Conflicting official accounts of last month's incident provide a backdrop for a summit meeting today at which the two men - Mr Uribe, a workaholic, Mr Chávez a bombastic former paratrooper - will try to resolve their differences.

But any accord may only paper over the cracks in the countries' worsening relations. This would complicate Plan Colombia, the US-sponsored anti-narcotics and counter-insurgency programme, which would be dealt a blow if guerrillas and coca crops continued to seep out of Colombia into neighbouring countries.

Intelligence reports suggest the presence of Colombian guerrillas in Peru and Brazil, while drug crop cultivation has risen in Peru and Bolivia. But the situation on Colombia's border with Venezuela is the most critical. Mr Uribe's government is investigating what witnesses say were air strikes last month close to the villages of Tibú and La Gabarra in Colombia's Norte de Santander province, a seemingly unprecedented hostile act.

Martha Lucía Ramírez, Colombia's defence minister, said the incursion appeared to have been a "potentially grave" incident in which the Venezuelan military came to the rescue of the 18,000-strong Revolutionary Armed Forces of Colombia (Farc).

At the time, Mr Chávez said he had ordered the air force to bomb an area "close" to the border after "irregulars" fired a missile at a helicopter and engaged with troops "inside" Venezuela. Local National Guardsmen said the air strikes occurred on Colombian soil a week after rightwing paramilitaries from the United Self-Defence Forces of Colombia (AUC), who were pursuing Farc units into Venezuela, clashed with the Venezuelan army.

Both countries have engaged in a war of words. This month Bogotá protested at accusations by José Rangel, Venezuela's vice-president, that the Colombian army colludes with the AUC.

"There are areas where Venezuela borders a de facto paramilitary state," said Mr Rangel, who has appealed for national unity in support of the Venezuelan military. "Colombia cannot continue dumping all of its delinquents and paramilitaries on its frontier."

Colombian officials suspect the Chávez government is stoking tensions to divert attention from growing economic difficulties and to rally nationalist sentiment, perhaps to cow and divide domestic opposition. The Venezuelan economy is expected to shrink 15-20 per cent this year, and opposition groups are seeking a referendum to unseat Mr Chávez. But the tensions are also being driven by opposing political sympathies.

"Uribe and Chávez are not naturally predisposed to be friendly to each other, and any spark on the border can exacerbate tensions," says Miguel Diaz, analyst at the Center for Strategic and International Studies.

Mr Uribe, the US's staunchest ally in South America, is launching a military offensive against the Farc, and wants to pursue the rebels "across borders" - which the AUC already appears to be doing.

Mr Chávez, a former army officer who sees his Bolivarian revolution spreading across Latin America, strongly opposes Plan Colombia, on the grounds that it will push refugees and the warring combatants into Venezuela. A breakdown in relations between Bogotá and Caracas would all but terminate already limited cross-border security co-operation, analysts say, probably increasing the ease with which the Farc uses Venezuela as a sanctuary.

Top Venezuelan military officers deny allegations by Bogotá that they are turning a blind eye to Farc training camps in Venezuela, but concedethat irregulars may, occasionally, cross the border. "Do Colombian subversives cross into Venezuela? It's possible," says General Julio Quintero, commander of the army's 2nd Infantry Division, in San Cristóbal. "However, our mission is to expel them back to Colombia."

But Venezuelans in the border region are already alarmed by the growing presence of the Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), a leftwing paramilitary group that, cattle-ranchers say, has been created with help from Chávez officials as a kidnapping and extortion "franchise" of the Farc. "There is no doubt the guerrillas are here," says Genaro Méndez, president of the local ranchers' association. "The issue is that other groups have now been formed, such as the FBL, trained by the Colombian guerrillas." Additional reporting by James Wilson in Bogotá


Traducción

Temblando de miedo, Juana señala un helicóptero de la armada venezolana en sobrevuelo, la turbulancia generada por el aparato separa la densa jungla que cubre la tierra de nadie entre Colombia y Venezuela.

"Fue uno de esos", dice Juana, una campesina colombiana que huyó a través del Río del Oro hacia Venezuela después que, según alega, aviones venezolanos bombardearon dos poblados colombianos, dispersando una confrontación entre facciones de derecha e izquierda de los paramilitares y la guerrilla colombiana. "Volaban bajo, hubo explosiones y los paramilitares se refugiaron en la selva."

Juana y otros cientos de refugiados son testigos del más reciente y agudo evento que incrementa las tensiones entre el gobierno pro americano de Alvaro Uribe y la administración militarista de izquierda del Presidente Hugo Chávez.

Los recuentos conflictivos del incidente del mes pasado son el telón de fondo de una reunión cumbre en el día de hoy en la cual dos hombres- Uribe, un workaholic, Chávez un altisonante ex paracaidista- intentarán resolver sus diferencias.

Pero cualquier acuerdo que se logre podría tan solo ser un paño caliente sobre unas relaciones en franco deterioro. Complicaría el Plan Colombia, el programa norteamericano anti narcóticos y contra insurgente- que sufriría un fuerte revés si la guerrilla y los cultivos de coca se extienden más allá de las fronteras.

Informes de inteligencia sugieren que existe presencia de la guerrilla colombiana en Perú y Brazil, mientras que el cultivo de drogas ha aumentado en Perú y Bolivia. Pero la situación de la frontera entre Colombia y Venezuela es la más círtica. El gobierno de Uribe está investigando lo que los testigos dijeron ser ataques aéreos el mes pasado cerca de los poblados de Tibú y La Gabarra en la provincia colombiana de Norte de Santander, un acto hostíl aparentemente sin precedentes.

Martha Lucía Ramírez, Ministro de la Defensa de Colombia, dijo que la incursión había sido un incidente "potencialmenbte grave" durante el cual los militares de Venezuela fueron al rescate de la fuerza de 18,000 hombres de la Farc.

En aquel momento, Chávez dijo que había mandado a bombardear un área "cercana" a la frontera después que "irregulares" dispararan un misil a un helicoptero y se confrontaran con tropas "dentro" de Venezuela. La Guardia Nacional dijo que los ataques aéreos ocurrieron en suelo colombiano una semana después que las fuerzas paramilitares de derecha de las Autodefensas Colombianas, quienes perseguían a unidades de la FARC hasta Venezuela, se enfrentaron con el ejército venezolano.

Ambas naciones se han abocado a una guerra de palabras. Este mes Bogotá protestó las acusaciones de José Rangel, Vice Presidente de Venezuela, de que el ejército colombiano confabula con las Autodefensas de Colombia.

"Hay zonas en las que Venezuela tiene frontera con un estado paramilitar de facto," dijo Rangel, quién ha apelado por la unidad nacional en apoyo a la FFAA venezolana. "Colombia no puede seguir botando todos sus delincuentes y paramilitares en nuestra frontera."

Los oficiales colombianos sospechan que el gobierno de Chávez está atizando las tensiones para distraer la atención de las crecientes dificultades económicas y para aupar el nacionalismo, talvés para aminalar y dividir a la oposición. Se espera que la economía se encoja entre un 15 o 20% este año, y los grupos de oposición buscan tener un referendum para sacar a Chávez del poder. Pero las tensiones también son manejadas por simpatías políticas opuestas.

"Uribe y Chávez no están predispuestos naturalmente a caerse bien, y cualquier chispa en la frontera puede exacerbar las tensiones," dice Miguel Diaz, analista del Center for Strategic and International Studies.

Uribe, el más sólido aliado de los Estados Unidos en suramérica, está lanzando una ofensiva militar contra las FARC y quiere perseguir a los rebeldes "a través de las fronteras" - lo cual las Fuerzas de Defensa parecen ya estar haciendo.

Chávez, un ex oficial militar quien ve a su revolución bolivariana expandirse por América Latina, se opone fuertemente al Plan Colombia, en base a que empujaría a los refugiados y a los combatientes hacia Venezuela. Un colapso de las relaciones entre Bogotá y Caracas podría llegar a finalizar la limitada cooperación de seguridad transfronteriza, dicen los analistas, probablemente incrementando la facilidad con la que las FARC usan a Venezuela como santuario.

Oficiales militares venezolanos de alto nivel niegan el alegato de Bogotá de que estén ingonardo los campos de entenamiento de la FARC en Venezuela, pero admiten que los irregulares pueden ocasionalmente cruzar la frontera. "Cruzan los subversivos colombianos la frontera?" Es posible," dice el General Julio Quintero, comandante de la 2 División de Infantería en San Cristóbal. "Sin embargo, nuestra misión es repelerlos de vuelta a Colombia."

Pero los venezolanos en la región fronteriza están alarmados por la creciente presencia de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), un grupo paramilitar de izquierda que, los ganaderos dicen fue creado con ayuda de oficiales de Chávez como "franquicia" de secuestro y extorsión de las FARC. "No hay duda de que la guerrilla está aquí," dice Genaro Méndez, presidente de la asociación de ganaderos local. "El tema es que ahora se han formado otros grupos, como el FBL, entrenados por la guerrilla colombiana." Reportaje adicional de James Wilson en Bogotá las FARC. "No hay duda de que la guerrilla está aquí," dice Genaro Méndez,presidente de la asociación de ganaderos local. "El tema es que ahora se han formado otros grupos, como el FBL, entrenados por la guerrilla colombiana." Reportaje adicional de James Wilson en Bogotá