Venezolanos temen a la violencia escondida tras la calma
Abril Por Aldo Rodríguez
Caracas, abr (EFE).- Con escepticismo y sobre todo temor a que la violencia se oculte tras la calma de las últimas semanas los venezolanos afrontan hoy el primer aniversario del fallido golpe de Estado del 11 de abril de 2002.
Quienes están a favor o en contra del Gobierno no olvidan la fecha en que murieron 19 personas, y cerca de otras 50 más en los dos días siguientes, durante los que usurpó el poder y se autoproclamó presidente el jefe de la patronal, Pedro Carmona, actualmente prófugo en Colombia.
Pero también los meses posteriores han sido en su mayoría de gran violencia callejera, con multitudinarias marchas a favor y en contra del presidente Hugo Chávez y nuevos enfrentamientos, que dejaron al menos 12 muertos y decenas de heridos.
"No puede ser que después de tanta agitación, marchas y peleas, muertos, bombas y amenazas, ahora todos se hayan vuelto santos; aquí hay gato encerrado. Ojalá me equivoque, pero ahora que recordarán el golpe, se darán plomo de lado y lado", dijo a EFE Margarita Pachay, una empleada doméstica de 45 años.
Ante la incertidumbre de lo que pueda pasar estos días, Pachay ha enviado a sus tres hijos adolescentes a una hacienda próxima a Caracas, porque "allí están lejos de los politiqueros con los que de seguro estarían este fin de semana, pero criando pollos lejos de aquí no podrán; además de que en Caracas estaban desempleados".
Opositores y detractores de Chávez han planeado a partir de hoy y durante el fin de semana acciones en recuerdo del golpe y contragolpe de Estado que lo sacó y devolvió al poder en 48 horas en sendas rebeliones cívico-militares.
Con sólo dos días de trabajo a la semana, en una residencia cuyos dueños le pagan 15.000 bolívares (menos de 10 dólares) por jornada de diez horas, Pachay prevé "violencia dura, como la que más se ve en la televisión, porque la pobreza se ve ’en vivo’, con niños buscando comida en los potes de basura y todas esas cosas".
No titubea al afirmar que "con este Gobierno estamos peor que antes y eso que Chávez dijo que iba a acabar con todo lo malo, y en eso compite con los opositores, que lo único que hacen es andar peleándose entre ellos y llamando a huelgas".
Henry Navas, vigilante de una gasolinera situada frente a uno de los centros comerciales saqueados en las revueltas de hace un año, también cree que "nada bueno nos espera en estas noches que vienen", pero confía en que "a este Gobierno no lo sacará nadie".
"Tendrán que darse cuenta esos escuálidos (opositores) que en poco tiempo Chávez comenzará a hacer todo lo que prometió y que no le han dejado, con tanto paro, golpe y marchas", sostuvo.
Aunque dijo a EFE que participará "en todas las fiestas por la democracia recuperada" que preparan los seguidores del Gobierno, alertó que los opositores "marcharán también y ahí nos veremos".
"Lo que ellos en realidad quieren es que vengan más muertos y que Chávez siga sin hacer nada, para volver a robarse todo", manifestó.
Para Navas, "si este presidente roba, bueno; pero robará mucho menos de que lo que se llevaron los otros que ahora no lo dejan en paz y que quieren volver al poder para llenarse otra vez los bolsillos".
Cansada de "que si Chávez es un horror, que si es bueno o castro-comunista o lo mejor y peor que necesitaba Venezuela y de todo este ’blablá’ insoportable", Sofía Cruz zanjó el asunto.
Colgó un cartel en su pequeña librería, situada cerca de la sede principal de la empresa petrolera custodiada día y noche por "chavistas bulliciosos", donde simplemente decretó: "Aquí está terminantemente prohibido hablar de política".
"La intolerancia fanática de allá y acá asfixia y, por eso, hasta en casa quedamos en que nadie habla de política, ni siquiera con los vecinos, porque uno nunca sabe si aparece uno de tanto loco capaz de cualquier cosa si escucha decir algo diferente a lo que él piensa", afirmó.