Excelentísimos enemigos
LOS VENEZOLANOS VIVIMOS momentos que combinan dolores, sacrificios, decisión, aprendizaje, madurez. En ese aprendizaje logramos identificar, censurar y denunciar a muchos países, cuyos gobernantes movidos por la más llana rapacidad, corren a apoyar a Hugo Chávez y un proyecto rechazado por la mayoría de los hombres y mujeres que sin miedo, llenamos las calles en multitudes impactantes pidiendo la salida de un régimen abyecto, totalitario y entreguista.
Argelia, Trinidad, Brasil, para señalar los más descarados intervencionistas, actúan como aves de rapiña sobre una presa codiciada: El petróleo 'boccata di cardinale' que unos irrespetuosos de nuestra soberanía, tratan de agenciarse aún ejerciendo como mercenarios a la orden de un tropero que no busca otra cosa más que la permanencia en el poder y su manía de servirle a un tirano senil cuyo monotema es la cubanización de un continente.
A los ya nombrados y a otros que como Francia o Suiza, se consiguieron su Idi Amin caribeño al que le venden desde un avión hasta un 'lote de intelectuales' a jornal fijo, es importante que una mujer venezolana, les recuerde que aquí, en este país gallardo, hay un bravo pueblo con neuronas, testículos y ovarios en cantidad para impedir tanto sus despojos e irrespetos como los sueños de dominación de Chávez, Castro y cualquier déspota.
A los argelinos comandados por el 'hermanazo Boutef' les recuerdo que no somos un terreno en litigio, ni un pueblo mermado que les permitirá adueñarse de nuestra riqueza como si fuera fosfato sahariano. A los trinitarios, que no se olviden de nuestra esencia libertadora nada parecida a la herencia liberta. A los brasileros que era mejor la cara bonita de Ronaldo y no la del mercachifle ávido, presto a sacar partido.
Cierto es que más de un figurón de esta robolución está dispuesto a dar hasta las posaderas (sin alusiones personales aunque sean harto factibles) con tal de seguir en el poder. Cierto es que hoy la fuerza militar, gracias a un grupete indigno y traidor, quedó para montar templetes de loas al tropero coronado y reprimir al pueblo combativo, mientras rogamos que no se presente un conflicto fronterizo que perderíamos vergonzosamente gracias a su degeneración; pero cuán cierto es, que esa minoría que mata, que miente, que manipula va de paso, que renacerá la Patria Soberana y vuestros cálculos excelentísimos enemigos acreditados aquí, quedarán sin efecto, generando sí la más firme repulsa hacia quienes despreciaron nuestro derecho a la dignidad.
Eleonora Bruzual El Universal 10 de Enero de 2003