Wednesday, May 21, 2003
Control de cambio: Arma letal
Jaime Pérez
2001.com.ve
Instalado como ha sido con todo su rigor lo que el gobierno considera como control de cambio y que para el resto del país no pasa de ser más que la congelación de toda transacción con divisas extranjeras, habría que precisar cuál fue la motivación oficial para establecer tan funesta medida y las consecuencias que ella ha procreado. Habría entonces que remontarse a aquella contundente demostración de rechazo a la política gubernamental que constituyó el paro nacional protagonizado por la CTV, Fedecámaras y la sociedad civil, que desencadenó la furia del jefe del proyecto "revolucionario", quién juró vengarse de todos los que osaron enfrentársele con esa acción cívica. Los comerciantes, industriales, empleados y obreros que paralizaron sus actividades, debían recibir una aleccionadora ración de latigazos por su conducta. Así se recurrió al control como un medio expedito para suspender el suministro de dólares a los causantes del enojo presidencial, quien había advertido que no entregaría ni un dólar para los golpistas, a excepción suya que los tendría a cántaros a pesar de su condición de golpista convicto y confeso. Esa orden resumía toda la rabia, el odio, la ignorancia y la desesperación de quien la impartía.
Y comenzó el gobierno "revolucionario", "made in Cuba" a aplicar la parte más aberrante de eso que los economistas definen como neoliberalismo, consistente en inundar al país de mercancía extranjera a punta de billete. El Gobierno se olvidó de la cacareada defensa de los puestos de trabajo, del incremento de la producción nacional y el logro de precios asequibles para los artículos de consumo popular. Cadivi, esa piedra de tranca dirigida por un hombre que jura que la divina providencia nos ayudará a lograr los recursos necesarios para regularizar nuestra actividad de importación, se ha convertido en la profunda fosa común donde son enterradas todas las solicitudes de dólares al cambio oficial. Ahí es donde la gata se subió a la batea para pedirle a los intrépidos peticionarios de divisas destinadas al pago de las mercancías que requieren importar que presenten hasta el resultado negativo del examen del HIV. La gente de Cadivi experimenta una como sádica sensación de felicidad cuando señala los 28 requisitos que han de satisfacer los posibles beneficiarios de la gracia gubernamental, siendo el primero de ellos la constancia del Ministerio del Interior y Justicia y de la directiva de Pdvsa de que no participó en el paro golpista, fascista, terrorista y desestabilizador de Fedecámaras, la CTV y los trabajadores petroleros.
Y es este gobierno, bribón, pícaro y maula como ningún otro en nuestra historia republicana, que no paga sus obligaciones a los particulares que negocian con él, que debe a la Cantv, a la Electricidad de Caracas, al Seniat, al Seguro Social, al INCE, y a los trabajadores a su servicio, el que, sin embargo, goza de dólares sin requisito alguno para traer invitados extranjeros que vienen a cantar loas al régimen revolucionario del megalómano que funge como nuestro presidente y para que sus funcionarios allegados viajen al exterior venezolano a hablar mal de la oposición. El gobierno, que es un insolvente rebelde en el pago de sus obligaciones legales es el mismo que en forma enristrada le pide a los particulares las pruebas de que está al día en sus compromisos con los organismos oficiales. Tal actitud nos recuerda aquello de que "todo mal pagador es un excelente cobrador". Y cómo alza la voz el presidente cuando llama tramposos a los empresarios y particulares que acusan algún retraso en sus pagos al fisco, porque al fisco se le paga siempre y no se le discute nunca, y a quien discute se le añade multa e intereses moratorios. Se paga primero y se averigua después. Duele pagar a un estado que nada nos retribuye a cambio y que mete codiciosamente la mano en nuestros bolsillos para llevarse hasta el pañuelo.
En la Tesorería Nacional hay constancia del orangután que en el renglón de deuda interna ha criado y mimado el Gobierno. Por vía de ejemplo cito el caso de un constructor italiano que en días pasados se halaba los pelos de la desesperación en esa oficina, reclamando la cancelación de un trabajo realizado al Estado. La secretaria que le atendía, tratando de calmarlo, le recomendó que llamara al día siguiente porque ella le tendría una información, pero el hombre lloroso le aclaró que el teléfono de su casa se lo habían cortado por falta de pago y el celular tuvo que venderlo para comer unos días.
Pero, ¿qué digo, que Cadivi no entrega dólares? Es una falacia, y el presidente de ese organismo lo aclara cabalmente. Entregó (y aquí debe haber una confusión pitagórica) ocho mil dólares (supongo que ocho millones por lo menos, para evitar el ridículo). Son billetitos verdes que el feliz adquiriente va a pagar a mil seiscientos bolívares por dólar, bueno, siempre habrá unas piedrecillas en el camino: Que dame la planillita y toma; que pásamela rapidito y ahí tienes; y déjame pasar y aquí tienes para que te comas una arepa pepeada y su chocolatico para la secretaria, si es que no surge una roca voluminosa que complique las cosas.
Con su política de control, el gobierno prueba su ubicación clara en el campo del neoliberalismo vituperado por el Sr. Chávez, porque resuelve todo trayendo productos terminados para la competencia desleal con el comercio e industrias nacionales. La fórmula del presidente es sencilla y preconcebida para arruinar nuestra economía. El dice: "No doy dólares a la empresa privada para así asfixiarla hasta que llegue la parca. Al no poder producir nada escasearán en el mercado los artículos requeridos por el pueblo, y eso sería una acción clarísima de saboteo del proceso revolucionario, y yo, en defensa del pueblo, tengo que traer los productos de fuera". Colosal la estratagema, pero brutal y fácil de descifrar.
Y, finalmente, hay una cuestión que despierta mi curiosidad: ¿Cuál es la razón para que sea Cuba el que nos facture la harina de trigo, supuestamente de procedencia italiana? ¿Cuál es el negocio que se oculta en este extraño manejo? El Gobierno verá pronto que esa silenciosa miseria que él ha fomentado levantará su voz enérgica de protesta. Ustedes, gente del Gobierno, disfruten hoy lo mejor que puedan de su día, porque mañana ineluctablemente tendrán su fin.
Rangel Vs. Shapiro
"Una prensa libre es el gran enemigo de los dictadores".
Embajador Shapiro
Valentín Arenas Amigo - 2001.com.ve
El martes en la noche se celebró el Día Mundial de la Libertad de Expresión en la casa del embajador de Estados Unidos. Tema sensible para cualquier régimen autoritario. La primera parte fue protocolar. El embajador expresó que "Una prensa libre es el gran enemigo de los dictadores" y señaló el acoso de que han sido víctimas los periodistas sin que haya todavía ningún responsable. La segunda parte, ajena al control del embajador, tuvo un carácter festivo. El Golpista Vs. Marta Colomina (su doble). Todos los presentes disfrutaron de un espectáculo, ligero y jocoso, que para nada tenía que molestar a quienes tengan un "talante democrático" como diría Colin Powell. Sin embargo, Rangel se irritó y le respondió con una cara larga que expresaba más preocupación que molestia. Así pasó al primer plano el acto jocoso e intentó dejar en un plano secundario lo que el embajador dijo.
Hábil. Expresó que no le había dado importancia a lo dicho por el embajador pero estuvo más de media hora atacándolo y después dio una rueda de prensa para rematarlo. Contradictorio. Su cara reflejaba preocupación, ira. Vomitó fuego líquido. Llamó "irresponsable" al embajador sin recordar que él llamó "payaso" a Otto Reich y que expreso que "no le importaba un pito" lo que había dicho Colin Powell. Un lenguaje, por cierto, nada diplomático. La paja en el ojo ajeno. Pidió respeto para la "majestad" de la Presidencia de la República, sin reparar que si quien ocupa ese cargo no lo respeta con su comportamiento y lenguaje mal puede demandar respeto de los demás. Lo llamó a una mayor "madurez" quien representa a un régimen de inmaduros e incapaces o de incapaces muy inmaduros. Pintones. Señaló que lo sucedido era la mejor prueba de que sí había libertad de expresión en Venezuela, pero omitió decir que durante el año pasado 80 reporteros fueron atacados, así como sedes de prensa, radio y televisión, por presuntos círculos chavistas. Nadie hasta ahora ha sido acusado ni procesado. Nadie es responsable. Impunidad absoluta.
Pero la cosa no se quedó ahí. A continuación aprovechó la interpetación jocosa de la periodista para sentar, como contraste, que él sí representaba a un "gobierno serio". Nuestro bachiller olvidó cuando, muy serio él por cierto, negó que Ballestas y Montesinos estuviera en Venezuela y sí estaban. ¿Gobierno serio? Por favor...
Lo que no dijo, pero su cara de preocupación sí lo reflejó, fueron los antecedentes de ese acto que explican el fondo de su muy justificada preocupación. Primero la descarada intervención del embajador de Castro, no de Cuba, en la política venezolana, lo que incita a otros para que hagan lo mismo. Segundo la expulsión de 14 diplomáticos cubanos de Estados Unidos por ser supuestamente espías. ¿Significará todo esto el inicio de una línea dura de EUA? Y todo encuadrado, como telón de fondo, en el escenario de ese mundo polarizado entre terroristas y no terroristas y después de ocurrir la derrota del guapetón Saddam a millas de distancia y en menos de un mes. ¡Mama mía! Rangel tiene sobrada razón para la cara larga que tenía. El ve más allá de lo que los demás ven. Por eso se defendió repitiendo lo mismo que Castro dijo hace unos pocos días: Se trata de una provocación y no vamos a caer en ella. Y es que no estaríamos siendo provocados por un guapetón cualquiera sino por uno que advierte primero lo que va a hacer y lo que hace sin que quede tiempo para la amenaza. Esa es la diferencia entre un guapo de verdad y un guapetón.
Sin duda que a Rangel le sobran razones para estar bien preocupado.
Valentín Arenas Amigo
Profesor de Instituciones Políticas de la UCAB
Fax 7305723
Ley del terror en Barinas
Editorial 2001
En el estado Barinas como en otras zonas rurales dedicadas a la ganadería se rebasa todo lo imaginable de lo que debe ser un Estado de Derecho. Impunemente se viola la Constitución y se ignora la propiedad privada.
El atropello, deja chiquito lo que fuera el salvaje oeste norteamericano, no se limita a Barinas. Igual suerte en menos, igual o mayor grado han corrido otras fincas en Zulia y Apure.
El brazo ejecutor de este abuso tiene un nombre, Adán Chávez, presidente del Instituto Nacional de Tierras, quien se ampara en unas ilícitas cartas agrarias, subterfugio en el que se apoya para burlar dos artículos de la Ley de Tierra que el TSJ consideró inconstitucionales.
Estas invasiones, en desconocimiento de la juridicidad, son avaladas por la Fuerza Armada Nacional por órdenes del presidente Chávez. Algo insólito en una democracia del siglo XXI.
Noventa fincas, todas productivas, han sido ilegalmente ocupadas en Barinas, en una acción de grosero autoritarismo propio de un país sin ley. Los soldados de la FAN hasta visten chaquetas con la siglas del MVR.
Los invasores han instalado alcabalas apoyados por la 23ª Brigada del Ejército acantonada en el estado de los Chávez y en las mismas se le impide a los dueños legítimos, como en el caso del ganadero Rogelio Peña, que retomen el control de sus fundos.
Hacendados y ganaderos se hallan inermes ante soberano abuso, y además, para que se les reconozca el derecho a la propiedad tienen que recorrer un via crucis que se inicia en los tribunales agrarios, que es como nombrar la soga en la casa del ahorcado, hasta llegar, quizá infructuosamente, al TSJ, hoy secuestrado por el Ejecutivo y mañana tal vez ni existirá finca.
Venezuela está sometida a un terrorismo de Estado, en el que no es ajena la violencia ni las anárquicas montoneras que campeaban en el siglo XIX. Así se vive hoy en el campo, así en las ciudades.
PRESIDENT BUSH: "WE WILL LIBERATE CUBA"
Posted by click at 4:41 PM
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cuba
Judicial Watch Clients Heartened by President's Commitment to Bring Down Castro
Families of Cuban Dissidents Meet with President for Over One Hour and Are Told "We Will Not Abandon You"
(Washington, DC) Judicial Watch, the public interest group that investigates and prosecutes government corruption and abuse, announced today that President George W. Bush told the families of imprisoned Cuban dissidents, "We will liberate Cuba." The families, Judicial Watch clients, met with President Bush, and other top officials, on Cuban Independence Day to demand that the administration take action against Cuban Dictator Fidel Castro, who recently launched a terror campaign against his citizens that includes prison sentences for peaceful dissidents and the firing squad murder of three freedom seekers.
During the historic, hour-long, White House meeting, that Judicial Watch helped set up for its clients, President Bush also vowed to the dissidents' families that "We will not abandon you."
Judicial Watch has pending lawsuits against Castro on behalf of these clients, both in United States federal courts and the Belgian Royal Court. During the White House visit, the dissidents' families asked the Bush Administration to take strong action against Castro who has murdered, imprisoned and abused the Cuban people for more than four decades.
Also attending the meeting were National Presidential Envoy for the Western Hemisphere Otto Reich, a member of the National Security Council, and Secretary of Housing and Urban Development Mel Martinez. Judicial Watch applauds the President and these top officials for participating in this meeting, which it suggested and worked with The White House to arrange.
"The President spoke plainly and clearly. It is time for Castro to go," stated Judicial Watch Chairman and General Counsel Larry Klayman.
ALFABETIZACIÓN
La ducha quedaba a metro ochenta del piso de la bañera, pero él – “tío Angelito” – medía eso y un poco más, razón por la cual tuvo que encoger las piernas para poderse dejar caer abruptamente. Debió haber sentido un fuerte golpe en la nuca, orinó, defecó incontroladamente y luego de terminar de patear, encontró la muerte.
No habían pasado quince minutos cuando su familia lo descubrió ahorcado en el baño principal de su vivienda en nuestra ciudad natal de Cienfuegos, Cuba. Se había amarrado el cuello con una corbata y el otro extremo lo enredó como pudo, apresuradamente, a la ducha. Cuando lo descolgaron todavía estaba caliente.
Como todos los días de lunes a viernes, cumplía hoy con mi riguroso ritual matutino frente a mi pequeño televisor donde suelo devorar el programa -- “globovisiano” -- “Primera Página”. “Mingo” (su excelente conductor) estaba entrevistando a la Procuradora General de la República y le preguntaba si consideraba buena idea que los cubanos castro-comunistas vinieran a Venezuela a cumplir con una labor alfabetizadora. Ella le contestó con mucho desgano que sí. ¿Qué pregunta? ¿Qué sabrá ella de la vida...?
Afortunadamente, mientras vivíamos en Cuba ni mi hermano ni yo teníamos los 15 años reglamentarios para formar parte de las “brigadas alfabetizadoras”, lo que no nos sirvió para no aprendernos de memoria – y para siempre – el himno de lo que hubiera sido nuestra brigada, la “Conrado Benítez”. Lo aprendimos en la escuela... era obligatorio aprenderlo. Jamás lo olvidaremos, mi hermano y yo. Decía así:
“Somos la Brigada Conrado Benítez, somos la vanguardia de la Revolución, con el libro en alto cumplimos una meta: llevar a toda Cuba la alfabetización. Cuba, Cuba... estudio, trabajo, fusil; lápiz, cartilla, manual, a alfabetizar... a alfabetizar: ¡Venceremos!”
Tenía yo 11 años cuando me taladraron en el alma ese himno alfabetizador; mi hermano un poco más: trece.
Nuestra prima, Marianita, tenía los quince cuando fue reclutada por la “Brigada Conrado Benítez”. Era linda nuestra prima. Tenía un pelo ensortijado color oro, sus caderas ya acusaban su pase a mujer y su piel blanca -- cargada de un aroma penetrante a perfume de doncella --, hacía juego con sus verdes ojos color esmeralda. Estaba entrando en esa edad donde las niñas juegan a ser hembras seductoras sin que nadie lo perciba, al menos no los niños que la veíamos como una diosa tan lejana e inalcanzable como los sueños de libertad que inundaba la Cuba que estrenaba una revolución que prometía ser tan verde como nuestras palmas y terminó teñida del oscuro rojo comunista que se confundía con la coagulada sangre derramada por cientos de cubanos que habían dejado ya la vida frente al paredón.
Marianita había estudiado desde kindergarten en las Dominicas Francesas, estaba – para entonces – “comulgada y confirmada”, como solía decir nuestra abuela, que en paz descanse. El prestigioso colegio de monjas ya no existía.
Aquella tarde la vimos partir alegre como una pascua, llena de la emoción que produce el comienzo de una aventura. Sería la primera vez que se alejaba de su casa. Si bien era obligatorio cumplir con el “sagrado y revolucionario” deber de alfabetizar a los campesinos del Escambray, su espíritu independiente encontró en la misión una excusa para jugar a ser grande.
Tras quince días a la deriva en los montes, cumplido el tiempo reglamentario, regresó a su casa de Punta Gorda montada en un camión de volteo. Su padre la pudo haber ido a buscar a las montañas cienfuegueras en su Cadillac “cola-de-pato”, pero la hubiera “rayado” con sus compañeros revolucionarios.
Pasó un mes y Marianita extrañó su período menstrual. Cuando era evidente que estaba en estado de gravidez habló con sus padres, pero fue incapaz de asegurar quien era el padre de la criatura que había engendrado. Al oír aquello, “tío Angelito” se excusó por un momento y se dirigió al baño principal de su vivienda. No pudo soportar el bochorno y la desgracia.
Así son las revoluciones... digo yo. Marianita se perdió en la maraña de la nueva Cuba y jamás supimos de ella. Según fuentes no fidedignas terminó juntándose a un ruso y vive hoy en algún lugar cercano a Odessa, pero tal versión no pudo ser confirmada por un primo que salió del “mar de la felicidad” hace un par de años. Su madre terminó desquiciada en Mazorra, el sanatorio mental habanero, siempre pendiente de prepararle el almuerzo a nuestro “tío”. Marianita era hija única.
Nuestra prima no fue un caso aislado. Las brigadas alfabetizadoras – pensamos muchos – cumplieron con el fin adicional de destruir quién-sabe-cuántas-familias como la de nuestros parientes. En cada “operación”, en cada “misión” que el comunismo ha programado en Cuba o fuera de ella, se esconde una y mil desgracias, unas más tristes que otras. Tal vez la Lic. Colomina llegue a entender nuestro drama como nación y se apiade del alma de cubanos como la del “tío Angelito”... tal vez.
Con un profundo dolor,
Caracas, 21 de mayo de 2003
ROBERT ALONSO
robertalonso2003@cantv.net
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