AMIGA CAROLINA
Estimado Sr. Robert,
Soy una expetrolera. Tuve el honor de conocerlo en su charla en la plaza la meritocracia y desde entonces recibo sus escritos. No siempre alcanzo a leerlos todos pero este sobre “Coramina” lo leí y me hizo llorar y sentir muy mal...
Por favor, no me quite la esperanza.
Así como cada persona tiene que aprender por sí misma, cada pueblo debe luchar y tratar de salvarse a sí mismo.
No sé si nos pasará lo mismo que a su querida Cuba pero hoy como venezolana, yo y los millones de venezolanos debemos mantenernos haciendo nuestro mejor esfuerzo por desterrar este régimen... Tal vez el último trimestre del año sea nuestra última oportunidad. ¿Pero no cree que es lo único que podemos hacer?
Un abrazo respetuoso,
Carolina M.
Mi amiga Carolina,
Mis mensajes son GRITOS DESESPERADOS para que no decaiga la lucha. Trato de convertirme en un espejo que refleje lo que NOS PUEDE PASAR...o ¿debo decir, LO QUE ME PUEDE VOLVER A PASAR?
No es con "coramina" como debemos enfrentar esta lucha. No es con ilusiones utópicas, sino con EL MÁXIMO ESFUERZO. Llegó un momento en que los cubanos nos entregamos al destino, aunque muchos siguieron sacrificándose, dando la vida y la libertad por recuperar la patria perdida. Sin embargo, colectivamente nos venció la desesperanza contra la cual hoy intentamos luchar, ya, al final del camino… cuando Cuba ha quedado totalmente divida y absolutamente destruida, más de cuatro terribles décadas después.
Hay que darlo todo hasta lo último, como pueblo... como nación. No encuentro la manera de promover "LA GUARIMBA" como un plan de acción que a mi juicio pudiera ser la solución inmediata a nuestro problema mayor, hoy, en Venezuela. Pero debemos poner los pies sobre la tierra y darnos cuenta que con triunfalismos o esperanzas efímeras (como el revocatorio o agarrar un revólver para caerles a tiros a las tanquetas artilladas) no vamos a ninguna parte. También debemos olvidarnos de los factores externos, como los huracanes, las vírgenes, la tan "esperanzadora" "Comunidad Internacional". La clave y la solución -- de haberla -- está aquí en la tierra, en este país de un verdor impresionante y ahora, entre nosotros mismos… y como usted muy bien dice: ¡unidos!
Lamento mucho, Carolina, que tenga que acudir a manipulaciones literarias como "¡Ahora sí!" para estremecer los huesos de mis lectores. Espero que comprenda mis gritos.
Un abrazo,
Caracas 20 de junio de 2003
ROBERT ALONSO
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