CALENTAR LA OREJA
Muchos hablan de “calentar la calle”. ¿Qué significa eso? ¡Cualquier cosa! Para unos es mantener una presencia opositora viva y masiva en las calles de Caracas u otras ciudades importantes como Maracaibo, por ejemplo, bastión de la “oposición” en la provincia. Eso está bien para una campaña electoral TRADICIONAL entre adecos y copeyanos. Pero estamos insistiendo en seguir mojando el asfalto ya empapado con la sangre de nuestros “escuálidos”. No es posible que nos lleven a una marcha donde de manera contumaz y pertinaz nos caigan a plomo limpio, bombas lacrimógenas, peñones y botellazos sin que se nos dé el “derecho a réplica”.
Vamos a estar claros, nosotros no somos bárbaros. Cuando marchamos lo hacemos de una manera civilizada y junto a nuestras abuelas… y si no, que lo diga “Yoya”, con quien me senté a tomar aire en la pasada concentración cerca de la embajada de Cuba el pasado sábado 26 de abril, cuando un grupito bien dirigido por Eulalio Ramírez – uno de los creadores de las “Brigadas de Acción Rápidas” de Castro – nos hicieron correr duro apoyados, claro, por sus “refuerzos” de la Guardia Nacional y aquellos “bolivarianos” que llegaron en autobús, entre los que estaba hasta un minusválido en silla de ruedas que cargaba una Walter PPK 9mm.
Ayer perdimos a otro de los nuestros, un trabajador desempleado de la construcción que desfilaba pacífica y ordenadamente en la marcha del 1ro de Mayo.
Si nuestros líderes nos invitan y convocan a un partido de Badminton y resulta que cuando suena el pito lo que se juega es rugby del bueno, entonces no calentamos nada más que las piernas cuando nos toca echar a correr en desbandada huyéndole a las piedras, los botellazos, los plomos y los gases lacrimógenos. ¡Por eso es que nos matan!
Con el permiso de los profesores de la UCAB y de la Coordinadora Democrática, aquí lo que tenemos que comenzar es a calentar YA la oreja de la oposición. Hay que comenzar a decirle a esa inmensa mayoría que quiere una Venezuela digna, que posiblemente no haya otra salida que embraguetarnos todos y tomar al toro por los cachos… y que sea Dios quien sirva de árbitro.
Mañana les hablaré de la GUARIMBA.
Un fuerte y solidario abrazo radical,
Caracas, 2 de mayo de 2003
ROBERT ALONSO robertalonso@cantv.net