Adamant: Hardest metal
Sunday, April 6, 2003

Una joven venezolana se encuentra en el frente

Posted on Fri, Apr. 04, 2003 CASTO OCANDO Especial para El Nuevo Herald

``¿Sabes? No me siento asustada. Tengo mucha seguridad de que todo va a salir bien, y que va a ser tan rápido que cuando menos lo esperemos voy a estar de regreso. Los extraño mucho''.

Estas cortas líneas fueron escritas a pocas millas de Bagdad por la sargento del Cuerpo de Marines Jinais Paiz Cadenas, de 23 años, una de las primeras mujeres venezolanas que están dando la pelea en el frente de guerra en Irak.

Nacida en Caracas en 1979 y llegada a Miami hace ocho años, Jinais forma parte del contingente de venezolanos que están participando en el conflicto bélico, un reducido grupo de entre los 15,000 hispanos que según el Departamento de Defensa, están peleando en la guerra contra Irak.

''Me siento muy orgullosa de ella, pero me siento preocupada por lo que le pueda pasar'', dice su madre, Sol Rivero, de 46 años, que desde la partida de Jinais a la guerra quedó a cargo de su pequeña hija, Natasha, de 2 años.

La sargento Paiz Cadenas, especialista en equipos eléctricos, está en Bagdad al igual que su esposo Jimmy Paiz, un especialista en artillería aérea hijo de padres hondureños, a quien conoció hace tres años cuando ambos estaban en la base norteamericana de Okinawa, Japón.

Ingresada en 1998 a la base del Cuerpo de Marines de Parris Island, en Carolina del Sur, inmediatamente después de terminar la secundaria, Paiz Cadenas se formó en las bases militares de Lejeune, en Carolina del Norte; Okinawa, Japón, y Pendleton, en San Diego, donde estaba asignada antes de ir a la guerra.

''Desde que estaba en la escuela, siempre se interesó en los temas militares'', cuenta su padre Edgard Cadenas, de 46 años y también nacido en Caracas. ''Cambió la posibilidad de aceptar una beca en una universidad prestigiosa por la vida militar'', acota.

La tradición militar ha estado presente en la familia. El abuelo de Paiz Cadenas fue funcionario de la Guardia Nacional de Venezuela, y tiene un primo que llegó a coronel del ejército venezolano, ahora en situación de retiro.

La vida de la familia de la sargento cambió radicalmente desde su partida hacia Irak, el 29 de enero de este año.

''Mi vida me ha cambiado mucho, porque la siento a ella muy lejos, hay mucha tristeza. Ya no me provoca salir, casi no tengo vida social'', afirma su madre. ''He estado muy preocupada por Jinais, y estoy aquí porque quiero saber lo que ella está viviendo'', dice Gloria Cox, abuela de la sargento.

La noticia de la partida de Paiz Cadena se regó como pólvora entre sus amistades en Caracas. Anabella Delgado, su mejor amiga y compañera de estudios desde los 3 años, quedó sorprendida. ''¿Cómo que está en la guerra? ¡No puede ser!'', preguntó asombrada Delgado por internet al padre de Jinais en Miami.

La familia completa se reúne con frecuencia, ''para recordar a Jinais, ver las noticias en la televisión, y comentar el avance de las tropas'', explica Amanda, actual esposa de Cadenas.

En medio de la tristeza familiar, los comentarios de buen humor de la propia Paiz Cadenas ponen una nota refrescante. En la última carta que llegó esta semana, escribió: ``Yo estoy de vacaciones por aquí en el Medio Oriente, con todo pago. Qué más quiero''.

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