Adamant: Hardest metal
Sunday, April 6, 2003

La libertad de prensa

<a href=www.lahora.com.ec>El Mercurio.

Cuba y Venezuela constituyen dos casos preocupantes para la democracia en el Continente. La libertad de prensa, por una parte, y los derechos civiles, por otra, se encuentran evidentemente disminuidos allí y especialmente en el caso cubano es innegable que la libertad de opinión y expresión desapareció hace muchos años bajo el pretexto de la revolución. Siguiendo la vieja línea del marxismo soviético los líderes cubanos consideran que solamente la opinión de quienes defienden la revolución puede ser divulgada, mientras que todo pensamiento disidente es ubicado automáticamente como contra revolucionario y anulada cualquier posibilidad de que se publique . Los medios de comunicación dependen de una rígida censura y los órganos oficiales del partido único y del régimen solamente publican lo que les conviene. Los llamados de atención de organismos internacionales que velan por esos derechos, no son escuchados y basta con tildarlos como imperialistas para ser descalificados. Durante la semana pasada, el régimen cubano a través de su temida policía política volvió a cargar contra ciudadanos disidentes de la línea única que allí se permite y cerca de un centenar de intelectuales, periodistas, líderes de los proscritos movimientos por los derechos humanos y algunos políticos que luchan por una evolución razonable de su país, fueron apresados y serán sometidos a los famosos juicios sumarios. Las elecciones de hace pocas semanas que dieron un nuevo mandato a Fidel Castro – con más de cuarenta años en el poder- pusieron nuevamente sobre el tapete el debate de la necesidad de ir a un sistema electoral libre y realmente democrático. Nadie que mire con realismo lo que allí ocurre puede decir que las elecciones son libres o que se permite tesis y candidatos distintos al del régimen de partido único que impera allí como en otras naciones totalitaristas. Hablar de elecciones en esas circunstancias es una aberración. Preocupa, igualmente, el caso de Venezuela en donde su mandatario ha arremetido también contra la libertad de expresión. La campaña –como es frecuente en los aprendices de dictador- se inició acusando a la prensa de distorsionar la realidad y de dar una visión equivocada de lo que acontecía. Vinieron luego atentados contra algunos medios y persecución a periodistas. La última huelga general obligó a Chávez a una retirada estratégica y a un aflojamiento de su línea dura, pero todo hace pensar que se trata solamente de un paréntesis hasta que recupere fuerzas Los medios de comunicación son siempre un estorbo para quienes no aprendieron a vivir en democracia. Disentir y obrar de distinta manera al del líder único de los países totalitaristas es un crimen político. No se tolera otra verdad que no sea la oficial que surge desde los voceros del régimen. Son los casos en los que la libertad de prensa ha sido secuestrada.

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