Destrucción Creadora

By Gerver Torres gerver@liderazgoyvision.org

La frase “destrucción creadora” la acuñó el economista Joseph Shumpeter para referirse a situaciones en las cuales, nuevos procesos, productos y tecnologías, destruyen los existentes, generando al final más bienestar: destrucción de un viejo orden para crear uno mejor. De allí el término se ha extendido para aplicarse también a situaciones como las que se crean cuando un desastre natural –un terremoto, por ejemplo- afecta una región: entonces se abre la oportunidad de reconstruirlo todo de nuevo.

El concepto lo podemos usar para pensar los profundos cambios que ha vivido Venezuela durante los últimos años y sacar el mejor partido de ello. Por ejemplo, la destrucción de PDVSA, puede ser una excelente oportunidad para construir un nuevo modelo de industria petrolera, en el cual la organización del Estado y la sociedad alrededor del recurso sea totalmente distinta a la actual. Un modelo que supere la visión volumétrica de la industria -en la cual la única variable importante es el volumen y el precio de los barriles producidos- para ocuparse también de la forma como podemos industrializar la materia prima. Un modelo en el cual la industria pueda contribuir al desarrollo del mercado de capitales, esto es que empresas que operen en el sector se coticen en la bolsa y los venezolanos puedan invertir sus ahorros allí; un modelo en el cual, nuestras ventajas energéticas nos sirvan para negociar la integración al mercado común americano. Un modelo en el cual desarrollemos un vigoroso sector privado petrolero venezolano que pueda expandirse por el mundo sobre la base de la experiencia ganada en el país. En síntesis, un modelo en el cual, con mayor participación y competencia, progresemos más.

De la misma manera, el colapso fiscal nos abre la oportunidad para crear nuevas reglas de gasto y endeudamiento que aseguren el equilibrio en las cuentas públicas. Reglas que impidan al Ejecutivo financiarse con subterfugios contables en el Banco Central; reglas que le impidan tomar créditos aquí y allá, sin que nadie pueda saber exactamente el monto total del presupuesto al final del año. Lo que hasta ayer lucía imposible de lograr, puede hacerse factible ahora en esta tierra arrasada del tesoro público.

Estando cerca la solución política a la grave crisis que vive el país, el gran reto que tenemos ahora los venezolanos es convertir la destrucción masiva de empresas, organizaciones e instituciones que se ha producido, en una oportunidad para replantear todo de nuevo, para liberar nuestros sueños y construir el mejor país que podamos imaginarnos; convertir la destrucción habida en una suerte de destrucción creadora. Entonces le habremos sacado el mejor provecho a la experiencia vivida.

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